Nuevamente nuestro colega Marcelo Fernández hace su aporte al blog. Esta vez acercandonos el texto con las palabras que nos dirigiera el Dr. Iseas durante el acto llevado a cabo en el Aula Magna de la Facultad con motivo del 25º aniversario de la promoción.
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"Gracias, muchas gracias, por haberme invitado a compartir con ustedes sus primeros 25 años de egresados de esta, nuestra querida facultad. Hermosa reunión de confraternidad y es un honor poder nuevamente dirigirles unas palabras, mejor dicho reflexionar en voz alta.
Creo que para deleite de las esposas de los colegas y esposos, no me referiré a ningún tema, el tiempo vivido, simplemente la vida.
Un ubicarnos en el hoy con visión de futuro, sin menospreciar el ayer una revisión sobre la forma como la vivimos y más aún que rumbo le entamos dando.
25 años de ejercer nuestra vocación. Tiempo de madurez donde hemos desarrollado los actos más significativos. Formamos una familia. La maternidad y la paternidad. El trabajo. Las responsabilidades. En síntesis: una etapa en que la vida se hace fecunda y poder fecundar es lo que le da sentido de plenitud tiempo de cosecha, un ver por donde se ha caminado, un momento de brindar a la sociedad todo el cúmulo de conocimientos, experiencia y convicciones personales, para que la conciencia y la comunidad, reciban el testimonio de que la vida y la vocación fueron dadas en servicios sacrificado de la misma. El haber servido es el orgullo más grande del ser humano y darse cuenta que el Dios Padre ha estado entre ustedes y las cosas, momento de descubrir la cantidad de signos que venían de El y se dirigen hacia El.
Creo que no son tiempos de egoísmo, están en el tiempo de mirar la vida, de parar para aprender a contemplar, sentarse para escuchar, silencio para hablar con Dios.
Cuidado, mis queridos colegar, que el ritmo vertiginoso de la sociedad, les va quitando la sabiduría del arte de vivir.
Hay que parar esta avalancha "sin sentido", que nos roba la alegría de ser adultos, de lucir la vida vivida, de transitar por nuestro mundo interior, que nos permita ser más humanos, renovando la conciencia del respeto por la persona como valor absoluto y búsqueda de Dios, como consecuencia de la insuficiencia de los que ofrece el mundo en que vivimos.
Cuidado, mis queridos colegar, que el ritmo vertiginoso de la sociedad, les va quitando la sabiduría del arte de vivir.
Hay que parar esta avalancha "sin sentido", que nos roba la alegría de ser adultos, de lucir la vida vivida, de transitar por nuestro mundo interior, que nos permita ser más humanos, renovando la conciencia del respeto por la persona como valor absoluto y búsqueda de Dios, como consecuencia de la insuficiencia de los que ofrece el mundo en que vivimos.
Vemos con tristeza, que gran parte de la humanidad se pierde y se gasta en la conquista de valores perecederos.
Que herencia dejaremos a los que nos siguen? sino la del deber cumplido, las dificultades vencidas, el haber sido útiles a la sociedad, es la mejor demostración de haber cumplido la voluntad de Dios.
Que herencia dejaremos a los que nos siguen? sino la del deber cumplido, las dificultades vencidas, el haber sido útiles a la sociedad, es la mejor demostración de haber cumplido la voluntad de Dios.
Mis queridos colegas, sigan caminando con esperanza en la vocación, en esta misión, a pesar de los "tiempos difíciles y humanamente absurdos", con los pies en la tierra, pero con la mirada al cielo".
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